La piel de mi amada
Tiene mi amada
la piel tan fina
que los encajes
de la camisa
llevan bordados
siempre en la piel.
Es un encaje
sobre otro encaje,
no hay una randa
que no se grabe,
no hay una cinta
que no se marque,
es una raya
cada doblez.
Tiene mi amada
la piel tan suave
que siempre llena
de cardenales
lleva la piel.
Bajo los pliegues
de la batista
es una pena
ver la divina
carne de raso
tan mal herida
por las ballenas
de su corsé.
Tiene tan fina
la piel mi amada
que, cuando bebe,
por la garganta
correr el vino
se ve al trasluz.
Si el vino es blanco
parece oro,
parece fuego
si el vino es rojo,
si el vino es tinto
resalta el chorro
como una vena
de sangre azul.
(de Para Ella y para Ellas; Pedro Mata.)
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